-No le de su contraseña a nadie (ni a su representante), ni la envie por correo

-No le de su contraseña a nadie (ni a su representante), ni la envíe por correo. Eso es un dato personal que solo usted debe conocer.

No deje sus contraseñas a la vista de familiares o amigos (sobre todo de los niños), ya que podrían facilitarlas de buena fe a personas menos merecedoras de confianza.

Desconfíe de cualquier mensaje de correo electrónico en el que se le pide la contraseña o se le indica que debe visitar un sitio web para comprobarla. Casi con total seguridad se trata de un fraude. Esto incluye las solicitudes desde empresas y personas de confianza. El correo electrónico se puede interceptar en tránsito, y un mensaje en el que se solicite información podría no proceder realmente del remitente que supuestamente lo envía. En las estafas de suplantación de identidad (phishing) a través de Internet, los timadores pueden utilizar mensajes de correo electrónico fraudulentos para convencerle de que revele nombres de usuario y contraseñas y robarle datos de identidad